viernes, 1 de enero de 2010

Fife Toribio

FIFE TORIBIO

Una leyenda matrona de varias generaciones de navarretenses "jolibuseros[1]"

Los Soplos de dios No. 28


Por : Dionny Cabrera Pérez

FIFE TORIBIO llegó a esta Aldea en la década de lutos perpetuos en la sociedad dominicana. Asesinatos físicos y morales y otras formas de violencia colectiva patrocinadas desde el Estado personalista con diversas magnitudes, intencionalidades y secuelas que han ensangrentado la geografía nacional sin encontrar, a la fecha, justicia verdadera.

En efecto, en esa época, las torturas y desapariciones forzadas -a los adversarios al naciente régimen dictatorial-, produjeron el desplazamiento y desarraigo de pobladores de muchas comarcas; la destrucción e incluso liquidación de núcleos familiares, la destrucción de entidades diversas, y otras formas de acción colectiva; y hasta la muerte de diferentes causas indirectas -incluso por causas emocionales, la "pena moral"-, de numerosos sobrevivientes y sus familiares, de las que la dictadura no dejaba huellas ante la arbitrariedad criminal del poder.

Fife Toribio, es originaria de Macorís del Limón, Villa González. Emigró a estas polvorientas tierras de Navarrete siendo apenas una adolescente, cargada de ilusiones, sueños y esperanzas justo en el instante del auge de la dictadura de Trujillo, afiló su espíritu emprendedor, preparó su maleta y otros ajuares en su viaje sin retorno rumbo a estas tierras durante la tragedia del río humano que tiño de sangre el masacre con el exterminio mas de 30 mil haitianos; Aun, la respuesta de la sociedad toda no ha sido tanto el estupor o el rechazo, si no la rutinización y el desnudo olvido.

En el plano socio político, dicha masacre cumplió los múltiples objetivos de los perpetradores: Bloqueo de la estrategia conspiradora en la Región y el país; neutralización de la potencial acción colectiva de los adversarios políticos e instauración de un verdadero contrapoder abusivo que aun vive hoy día, "en un país con colmillos, donde la democracia tiene enroscada en el corazón una serpiente de cascabel[2]".

Hoy, cuando me enteré del fallecimiento de esa leyenda, esa matrona, esa verdadera majestad de varias generaciones de navarretenses, sentí un fuerte palpitar en el interior de mi alma, vi por un instante su alborozado rostro, sus cejas delineadas...su cabeza cubierta por su blonda ... recordé sus espontáneas y fluidas lagrimas que ante cualquier detalle afectuoso hacia ella brotaban del alma a través de sus redondas pupilas ... percibí sus piernas guarnecidas por sus perdurables largas medias, contemplé la inmortal sonrisa juvenil que siempre nos dispensó a todos y cada uno de sus hijos adoptivos, que fuimos los de mi generación, anteriores y posteriores, a la mía... pensé que sin duda era imposible compartir ese tesoro espiritual que disfrutamos y hacer entender la admiración, el respeto y el entusiasmo que sentíamos muchos navarretenses hacia nuestra "Tía Fife", como siempre le dijeron y nos enseñaron a decirle sus mas cercanos sobrinos, los hijos de Aminta, su hermana. Su muerte me conmovió mucho

La vida de FIFE es lo mas parecido a una sobresaliente crónica de leyenda de un mundo en declive que esta detrás de la melancolía que siempre percibí en lo recóndito de su personalidad. Fife, era un ser libre sin ataduras, asequible, tocable, agradable, inofensiva, tan cercana a cada uno de nosotros, como nuestra piel; cuyo reproche era buscarle el lado amable a las dificultades de la muchachada,; su falda y brazos fueron nuestros compinche y refugio al evitar una "pela", que siempre congenió con todos con la misma compasión de madre por instinto y natural vocación; que nuestra ilusión de encontrarnos con ella, por sólo unos instantes de nuestras vidas, para recibir su apretón de pecho, de abrazos, sabiendo que podíamos tocarla o que sus ojos nos concedieran infinidad de segundos de profundo reconocimiento a través de la ternura de su mirada, era lo menos que recibíamos de ese ser de encantos, fascinaciones y creadora de fantasía juveniles ya idas, que llenaban de vida y esperanza nuestros corazones.

Como la determinación amorosa que un buen hijo busca en el cobijo de su madre era la actitud de todos los niños, jóvenes, adolescentes y adultos fue siempre nuestra actitud frente a Fife, que sin haber gozado del privilegio de ser madre, Dios le concedió el Don de poseer el alma de infinidad de madres juntas ya que ella encontró felicidad a plenitud en la crianza de sus hijos adoptivos, lo que otras encontraron en el matrimonio y el alumbramiento. Para ella todos éramos sus hijos preferidos, a todos nos brindaba el mismo amor, afecto y una ternura con la que era capaz de acariciarnos.

En la vida cotidiana de Fife también se entrecruzan historias de amor, saliendo ganadora el Amor de Madre Generosa. Su vida describe a una Aldea a partir de las perspectivas de unos personajes de una película de la vida real que sin dejar de ser universales luchan por no perder su identidad ni la manera de ser, defender sus valores y su arraigada cultura campesina. También con ella se retrataba y deslizaba una tradición culinaria a punto de desaparecer: "los chulitos", y a un personaje que teme al cambio de su estilo de vida y de la estabilidad de su entorno familiar debido a las transformaciones que suceden en el mundo que va dejando atrás resistiéndolo.

FIFE sabe escapar airosa del melodrama, del falso lagrimeo populista de los demagogos políticos y de las discusiones de aposento para mostrar los teatrales conflictos y contradicciones de sus personajes dentro de un "guión de la vida real" que sobresale por la precisión de sus "diálogos", la sutileza de los silencios adulones, la espontaneidad gestual, de una esmerada "directora" viviente y efectiva que refuerzan la agilidad irrepetible de la historia de nuestra matrona "jolibusera".

La vida de Fife, cuyos principios y valores culturales heredados de sus antepasados, los visualizo como un homenaje al inesperado cambio que a la larga afecta al ser humano en períodos de transición histórica poco perceptibles. Y demuestra que esos cambios no sólo son inevitables sino necesarios porque incorporan nuevos valores que enriquecen éstos y las tradiciones para que puedan seguir de generación en generación.

Aun, al lector que no sea de mi generación le parezca pura retórica y que estamos frente a una ficticia aventura cuasi fílmico-vivencial que no sólo entraña la transición multigeneracional sino también la evolución de la manera de enfrentar los sentimientos personales e íntimos frente a las distintas circunstancias de una nueva forma de ver y entender el crecimiento emocional, espiritual, la felicidad, el amor y otras categorías que dependen del espíritu humano, llena de cimientos que, en Fife Toribio dan vida y significado a la remembranza histórica de nuestro pueblo.

Sin embargo, como paradoja del destino, unos segundos más, unos menos y un ruido de unas llantas chillando sobre el pavimento cambiaron el sentido y costumbre de su vida, rompieron el silencio que había creado la mágica expectativa del paso de su majestad Fife desde su casa a la acera del frente, su cuerpo, sus envejecidos y extenuados huesos caían vencidos al lento pero fulminante impacto de dos toneladas de hierro y hojalatas sobre cuatro ruedas que, cual bestia le fue encima sin proponérselo, sin piedad ni compasión, postrándola desde ese instante a permanecer entre la brega al caminar y la fastidiada estancia sobre una silla de ruedas que no pensó se convertiría en su compañía de infortunios por el resto de sus días con vida.

Una mujer de mirada franca, nacida en el macizo de la cordillera septentrional, ingenua y entusiasta, llenó de aprecios, de enorme sensatez, laboriosidad y amistad a todos, ha muerto, me ha cambiado el ánimo, me ha remitido al pasado, y he rescatado de ahí la imagen de la mujer siempre a punto de un abrazo o de un buen consejo. Dejó de estar con nosotros, perdida su memoria absoluta, desde hacia tiempo, y ya esa fue una dolorosa despedida.

FIFE quiero honrarte también, porque conocí y admiré tus urgente y necesario accionar como ejemplo de ciudadana íntegramente laboriosa, autosostenible, cual organismo autotrófico en este bullicio de olvidos, deslealtades, banalidades, indolencias e injusticias institucionalizadas, por lo que en la inmensidad del vacío que consiente en tu partida, dejaré colocada una flor en tu memoria con el empeñó de continuar mereciendo haber sido uno de tus hijos y mi única Majestad Aldeana sin séquito de claque por conveniencias.

Mujer de carácter apacible, solidaria, generosa, humanista, pero de recia personalidad. Mantuvo una amistad inquebrantable desde su niñez con la negra tamborera, su leal amiga: Vitalina Hinojosa, a quien cuidó hasta su muerte. Su casa fue siempre hospedaje de familiares, amigos, emigrantes e inclusive, transeúntes. Siempre trato a los demás sin malas caras, desbordando cariño y ternura. Al momento en que sus hijos adoptivos se marcharon, otros ocupamos sus puestos para acompañarla en el silencio de cada noche sucesoral.

Con FIFE la sociedad navarretense acaba de perder a una matrona de varias generaciones de "jolibuseros", a una de sus integrantes más agradables, conspicua y canera por excelencia. Ella fue nuestra máxima representación cuando con el desarrollo y crecimiento demográfico y morfológico de este polvoriento terruño, a nuestro "sector" -desde la Santa Ana hasta donde se encuentra hoy el hospital viejo-, en la década de los '50 le llamaron: "Hollywood" durante un largo período tiempo y a sus habitantes le aplicaron el criollo gentilicio de: "jolibuseros". Razones. Las ignoro.

Porque como dijo Cicerón "La vida de los muertos está en la memoria de los vivos". Fife tuvo una "...una dulce muerte", como dijera da Vinci.

Tengo la sensación de que en cada muerte se reviven todas las anteriores, llorar por todos tus muertos. Además, veo como poco a poco van "desapareciendo" mis mayores, mis conexiones al pasado, a la infancia. Es ley de vida pero no por ello deja de ser duro. Y también me hace ver más cerca la enfermedad y la muerte, algo que cuando eres joven ni te planteas. Me hace enfrentarme al deterioro del cuerpo, a la pérdida de vitalidad, que cada vez viviré más en primera persona, y que cuesta asumir con naturalidad.

Creo que en la vida no hay apenas certezas, salvo la de que igual que nacemos, un día moriremos, "nuestro paso por la vida tiene fecha de caducidad[3]". Y si esto es así ¿por qué tenemos una relación tan mala con el dolor y la muerte? Esta claro que nadie quiere sufrir (todos funcionamos con la máxima de “buscar el placer y evitar el dolor”) y que pensar en la muerte asusta porque no sabemos qué nos espera (aunque en esto quienes tienen fe llevan ventaja).

Pero no quiero acabar en un tono pesimista porque "la muerte es la otra cara de la vida". Y creo que Tía Fife, una leyenda matrona de varias generaciones de navarretenses "jolibuseros", ha tenido una vida muy plena, intensa y con sentido a pesar de las dificultades, cual Soplo de Dios. ¡Ha sido una suerte haberte conocido, tratado y haber sido uno de tus tantos hijos adoptivos! y si alguna vez halló los sueños que escondían sus ilusiones y sus esperanzas, no lo supe !jamás!

martes, 26 de mayo de 2009

Los Soplos de Dios
Dionny Cabrera Pérez
Los profesores de mi generación

Paradigmas de la pedagogía de apasionada vocación

Los rotativos y noticiarios nacionales nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres y mujeres sin historia que a todas horas del día y en todos los pueblos de la nación se levantan a una orden del sol, de su reloj o sencillamente despiertan como de costumbre y van a sus campos, lugares o puestos de trabajo a proseguir la sombría y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que echa las bases sobre las que se alzan los "islotes de la Historia". Unos de esos hombres y mujeres a los que la prensa nacional nunca dedicó una sola línea es al cuerpo de profesores que esculpieron los primeros bachilleres egresados del Liceo Pedro María Espaillat del Municipio de Navarrete. Hoy rescatamos de ese olvido a nuestros queridos profesores para desatar la pequeña gran historia de los hombres y mujeres anónimos que también tienen su relevancia para quienes procuramos el "Rescate de Nuestra Memoria Histórica" en pos de que esta reminiscencia extraída del olvido llegue, conmueva y provoque reacciones.
Los estudiantes Navarretenses vivimos un tiempo en que lo primero que se hacía en las escuelas y el liceo era izar la bandera, rezar y cantar himnos patrióticos. Era una época de profusa miseria, escasez alimentaria y estrecheces económicas, en la que maestros y alumnos pasaban mucho frío en nuestro tropical invierno, nos asábamos de calor cuando llegaba el verano y teníamos que soportar las torrenciales lluvias de mayo por la imprevisión meteorológica...
Era la escuela que durante el balaguerismo-trujillista instruía y adoctrinaba según las directrices del régimen surgido entre interventores botas en pies y eclesiásticos doblegados por su avaricia. Eran aulas donde se formaba a 35 ó 60 alumnos, de cuya instrucción se encargaba un sólo maestro. El material escolar era escaso: a base de cartillas para aprender a leer, libros y enciclopedias donadas por la llamada Alianza para el Progreso de USA, que servían para todas las materias y una mascota y un lápiz de grafito para los ejercicios.
Para comprender cómo era la realidad educativa en Navarrete y el país a lo largo de mas de cinco décadas pasadas habría que adentrarse en una larga y tediosa exposición y ese no es el fin de este soplo evocador, si no describir nuestras vivencias como alumno con los maestros de varias generaciones de Navarretenses en el liceo Pedro María Espaillat.
He podido constatar, durante mi trayectoria de estudiante, que sólo los seres nacidos con un cierto don, con un designio o una gracia especial e ineludible -y no estoy hablando propiamente de un don intelectual-, si no de una relación interior con los niños y adolescentes, podían ser buenos maestros. Y muchos presuntos docentes son, en cierto modo, prisioneros de la escuela como "fuente de empleo", se sienten desgraciados en ella pero no pueden salir de allí, morirían de un infinito ayuno cuaresmal; habría que hacer un puente de plata a estas personas, que no son peores que otras comunes y corrientes, para que se puedan ir; y entonces, para que la educación dé el salto gigante que hoy requiere, vendrán a reemplazarlos jóvenes entre los cuales habrá pedagogos natos, sin la muleta partidaria como tarjeta de presentación.
A mi, como a muchos de mi generación, nos toco la dicha de ser alumnos de profesores de la talla irrepetible de Napoleón Reyes, Luz Ester Vargas, Betania Barranco, Nicolás Faña, Aura Morel... fueron maestros dotados de una actitud coherente ante sus alumnos pues conocían y dominaban su materia extremadamente bien, lo que implica un sentido agudo de la historia y de los problemas que se ha planteado y se plantea la enseñanza que impartían.
Como estudiante de una época y, como muchos de mi generación, disfrutamos la dicha de ser alumnos de profesores de la calidad incontrovertible de Rafael -Fello- Barranco, Pedro Núñez, Fiordaliza Abreu, Rafelito Guadalamar, Yolanda Binet... docentes instruidos, académicos con formación y pensadores, que se centraban en el proceso enseñanza-aprendizaje, tanto en el suyo como en el de sus estudiantes, lo que suponía que esperaban siempre "más" de sus alumnos.
A mi, al igual que a muchos de mi tiempo en el LPME, fuimos favorecidos al ser alumnos de profesores de la estatura pedagógica de Agustín Guzmán, Rosita López, Pedro Núñez, Rafael Zapata, Vargas Genao, Rafael Balbuena... que favorecían la forma de razonar y actuar que se espera en la vida diaria, lo que lleva consigo enfrentar a los alumnos con problemas importantes, con tareas auténticas que les plantean desafíos, a sabiendas de que van a contar con la ayuda necesaria. Docentes que animaban permanentemente a la cooperación, a la colaboración, al diálogo, al intercambio y al compromiso con la clase y con el aprendizaje.
A quienes fueron agraciados por ser alumnos de profesores de la notoriedad de Carmen Bejarán, Norma Reyes, Nani López, Miladis Cabrera, Adriano Cabrera, Pedrito Bisonó... generaciones de profesores que diseñaban tareas y objetivos de aprendizaje para promover la confianza en los estudiantes e infundirles ánimo, proporcionándoles desafíos, lo que representaba una gran confianza en estos, además se referían permanentemente al valor de una educación integral en comparación con otra fragmentada en asignaturas sueltas.
Los jóvenes que fueron afortunados al ser alumnos de profesores de la reputación de Marisela Duran, Inmaculada Cabrera, Valoí Mercado, Miguel Ángel -Guelo- Guzmán... deben estar concientes que ese parto de profesores que siempre consideraban la instrucción como un trabajo vocacional, creativo, serio e importante, como un empeño que se beneficia de la observación cuidadosa y el análisis minucioso, de la revisión y de diálogos con colegas, sus alumnos y críticas de iguales. Hablaban de enseñar a comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar certezas. Tenían un fuerte sentido de compromiso porque la comunidad estudiantil superara cada nivel.
La concepción del don o gracia especial suele tomar diversas formas y grados como carisma personal, calidad pedagógica o capacidad relacional. Este planteamiento, que aflora en muchas conversaciones entre académicos, docentes y hasta pulidos incultos, da por hecho que esta cualidad se posee o no se posee y que, en consecuencia, hay algunas personas que sirven para la docencia y hay otras que no. En nuestra época estudiantil podríamos afirmar sin ser alabarderos ni claque de nadie, que fuimos una generación muy agraciada y debemos alzar nuestras laureadas voces a los cuatros vientos izando en lo mas alto de nuestros firmamentos la orgullosa bandera de la calidad pedagógica, el carisma personal, la capacidad de entregarse y la ardorosa alegría de enseñar que siempre nos demostraron estos fascinantes catedráticos escultores de altos vuelos.
Pedagogos que trabajaban por vocación, sin salarios atractivos ni material didáctico adecuado, en recintos inadecuados, inclusive muchos de ellos viajaban diariamente desde la ciudad de Santiago, con Roque Méndez -como los casos de Balbuena, Inmaculada, Miladis y Agustín-, profesores que carecían de un gremio que los defendiera, no había un seguro de salud como hoy, sin embargo, esas privaciones salían sobrando porque lo que les animaba era su irrefutable vocación rebosante de regocijo y agrado con que asumían su abnegada entrega, siempre nos insistían en la necesidad de fortalecer los valores cívicos, éticos y morales porque “hay una pérdida de valores generalizada en la sociedad dominicana" nos apuntaban.
Creo que el entusiasmo tiene mucho más que ver con los proyectos personales que con las condiciones materiales de existencia. Afortunadamente, aquel que se considera docente no basa su optimismo en los apoyos o en las trabas que recibe. Simplemente, asume su proyecto personal y lo lleva a cabo lo mejor que puede…
Recuerdo que el profesor Zorrilla nos daba Lógica, en cuarto de matemáticas, cuando esa asignatura no estaba en el Plan de Clases Oficial, no obstante, nos fue de grandiosa y excelente utilidad cuando llegamos a la universidades pues el haberla recibido como materia colocó a los alumnos egresados del Liceo Pedro María Espaillat de Navarrete en una situación de Nivel Superior frente a estudiantes de secundaria de otros pueblos de la región y el país que desconocían la existencia y contenidos de asignaturas que requerían el conocimiento de la referida materia. Esto parece una mala noticia, pero creo que también nos permite suponer que mientras existan personas capaces de asumir los con acciones los desafíos –como la de Zorrilla-, habrá buenos docentes y mejores egresados.
¿Que pasaría, si ahora echáramos la culpa de toda esta mala educación en que están sumida en esta sociedad los profesores? Los estudiantes de magisterio salen de la universidad con ganas de enseñar y de iniciarse en su profesión, pero es muy desagradable encontrarte alumnos con pésima educación familiar que no tienen ninguna motivación por aprender, algunos de cuyos padres los envían a la escuela para salir de ellos. Todo esto, arraigado a un mal comportamiento que hace que los profesores pierdan sus estribos y pongan a prueba todo tipo de técnicas (desde las mas pedagógicas a las menos) con tal de "controlar la clase". Todos sabemos como debería ser un buen profesor y ciertamente muchos de nosotros lo hemos vivido, ¿pero dónde esta el decálogo sobre lo que debería ser un buen grupo de alumnos?. Seamos justos... no le echemos toda la culpa a los profesores de hoy.
Sin embargo, esta distinción en nuestros días es todavía más apremiante en la formación orientada a la educación secundaria, donde predominan los "licenciados" cual verdolaga en los campos, que se acercan a la docencia sin verdadera vocación cuando encuentran que el mercado laboral no necesita tantos abogados, biólogos, filólogos o sicólogos. Imperceptible problema: jóvenes sin vocación docente que tampoco poseen el citado don pedagógico
Hay que destacar, como mérito de nuestros profesores, la afluencia de las dos primeras generaciones de bachilleres egresados del LPME de Navarrete en 1970-74, 1971-75 pues fue un hecho de impacto imposible de acallarse, pasar inadvertido o ser ignorado entre profesores y estudiantes en los recintos universitarios -UCAMAIMA-UASD. Su presencia en las aulas universitarias marcó un nivel, irradió un magnetismo generador de una influencia que resplandeció cual áurea en torno a los alumnos Navarretenses. Constituyéndose en modelos, muy a pesar de que estos titulados procedían de un pueblo pequeño y un liceo público, frente a otros oriundos de "ciudades" con nombre y egresados de colegios de las élites del Cibao y el país.
Fue así como los primeros dos grupos de jóvenes bachilleres egresados del LPME se alzaron con los mas altos índices académicos de ucamaima y los de la UASD fueron exonerados de los exámenes finales de asignaturas como química, biología, matemáticas o Lengua Española, en el Colegio Universitario. Proeza alcanzada como lógica consecuencia de esa calidad de profesores que cincel en labios y martillo en mano dibujaron y tallaron un producto de primera calidad que enviaron a un competitivo mercado seguros de su idoneidad.
Podría afirmar treinta años después, como ejemplos que, las consagradas profesoras Carmen Bejarán, Norma Reyes, Iluminada Cabrera, Yolanda Binet, Rosa H. López, Luz Ester Vargas, Fiordaliza Abreu, Marisela Durán, Nani López... estaban poseídas de lo que la pedagogía moderna ha dado por llamar el "tacto pedagógico", que no es un discurso bondadoso al margen del mundo real. Fue un singular paradigma imborrable de relación pedagógica -profesor-estudiante-comunidad-, que observamos retropestivamente, pues ellas promovían con su encantadora y graciosa acción en el aula, con todos sus alumnos la receptividad, eran sensibles a nuestras subjetividades, procuraban una influencia sutil, inteligente, siempre nos mostraban seguridad ante nuestras dudas y dificultades, nos protegían como alumnos indefensos y anhelosos de conocer su alegría de enseñar. Su tacto pedagógico se extendía hasta la consulta familiar -al observar decaimientos en un alumno-, razón por lo que ese estilo de trabajo en el aula podría ser considerada como la sensibilidad pedagógica que deberían adoptar los docentes natos de hoy.
Por ser poseedores de esa alegría de enseñar, de esa pedagogía de entusiasta vocación hoy, muchos de estos excelentes académicos que forjaron a varias generaciones de estudiantes encontraron por sí mismos la estación auténtica que los llevó al recinto donde no se peca de ignorancia en el cual aciertan realizando una excelente labor como catedráticos contribuyendo a esculpir nuevos profesionales en diferentes áreas del saber. Otros han permanecido incólumes apegados como hiedras a su LPME y las nuevas generaciones de bachilleres que les ha tocado pulir cual duro mármol en medio de las novedades que le obsequia la realidad social de hoy.
Es asombroso y lo que me agrada es saber de buena tinta que todavía queden profesores entusiastas, comprometidos y dotados de tacto y sensibilidad pedagógicas, se que los hay, para que mañana pudieran ser considerados auténticos docentes, brillantes académicos, como valoración de sus alumnos removidos.
Lo que encontramos en el cielo inequívoco de estos espejos de la pedagogía de apasionada inspiración, es un firmamento henchido de hermosas obstinaciones tan escarpadas como acantilados golpeados por la seducción gravitatoria, una elección moral de apego reverente al ejercicio de un don legado a generaciones agradecidas por habernos beneficiado de su designio para iluminar las trayectorias de alumnos con sus aportes...paradigmas que nos revelan el ilustre encanto de belleza del ejercicio con refulgencia de la enseñanza producto de la aptitud manifiesta cual insignia de vocación consustancial al Ser en Cuestión, retratos vivientes de pedagogos intactos que ejercieron y ejercen la enseñanza con satisfacción... cual Soplo de Dios.

domingo, 7 de diciembre de 2008


Evelio Fernández
Un Navarretense ecuánime es el verdadero padre de "Navarrete Amar es combatir"

Por: Dionny Cabrera Pérez
New Jersey, USA.- Recuerdo que un sábado, mientras grabábamos un segmento del programa "Dialogo de Tres", el extinto Melchor Fermín nos dijo a mi y a Nápoles Barranco, que la historia de Navarrete se escribiría con "Un Antes del Cable y un Después del Cable". Desde ese instante compartimos en su totalidad aquel juicioso criterio del buen amigo Melchor.

La llegada de la televisión por cable a Navarrete se le debe al atrevimiento de un visionario como Evelio Fernández, que como técnico del área había estado pensando en la posibilidad de instalar una compañía de televisión por cable, utopía en la que muchos otros no creyeron, por eso éste cargó solo con la cruz que hoy ha sido clave en la redención social del derecho que tiene la gente a expresarse con libertad y donde todos han tenido la misma oportunidad.
El Canal 8 de Navatel es una autentica universidad de Libertad de Expresión y Difusión del Pensamiento, porque su propietario es un Navarretense que ama la libertad y no asume compromisos al margen de esa emancipadora obra de la creación humana.
Evelio Fernández, nunca ha puesto objeciones ni cortapisas; nunca ha puesto obstáculos para que ningún sector social, económico, religioso, político, deportivo, etc., ni colectiva ni individualmente, pueda abrir un programa en el Canal 8 de la televisión local.
Navatel, el Canal 8 es la máxima expresión de libertad, autonomía de voz, donde Evelio nunca ha tenido que llamar a ningún productor para pautarle lo que "le gusta o no le gusta como dueño". Evelio es un hombre de principios, que respeta y se respeta. Razón por la que se ha ganado la reputación de ecuánime.
Sin titubeos ni flaquezas me atrevo a afirmar que como empresario este ciudadano ha sido merecedor de que se le apliquen todos los sinónimos del concepto ecuánime: imparcial, objetivo, justo, neutral, justiciero, respetuoso, incorruptible, ponderado, recto, integro, honrado, probo, cuidadoso, insobornable, equilibrado, razonable, equitativo, sereno; un maestro autodidacta técnico ingenioso y un larguísimo etcétera.
Como padre le otorgaría la calificación de excelso y como reverente contrayente abnegado, magnánimo, cabal, entero y desprendido.

El Canal 8 es la partera de "El Reportero Estrella" y "Navarrete Amar es combatir"

El Canal 8, Navatel, es la escuela donde se forjaron, construyeron, edificaron y criaron Rinel, Eddy, Javier, Henrry, Libradito, Pablucho, Eleury, Melissa, etc., etc., para poder hacer primero "El Reportero Estrella" y luego su gran obra: "Navarrete Amar es combatir", siendo de ambas realizaciones, Evelio y Jaqueline Fernández, los auténticos padres apoyadores de estas criaturas del arte cinematográfico.
Me consta, en lo personal, viví los primeros sucesos, circunstancias, avatares y eventualidades de los primeros años del arduo trabajo que produjeron el frío resultado de edición que le fue mostrado al publico como culminación de una obra creativa y artística.
Me atrevo a calificar de MERITÍSIMO, DIGNO Y PLAUSIBLE el trabajo realizado durante tres largos años por un ingenioso Rinel, un disciplinado Eddy y un perfeccionista Henry, etc. para mostrarnos en tres horas su orgullo, la intrepidez, su esfuerzo, su obra, merecedora de elogios y positivísimas valoraciones.
Lo que mas valor tiene es la energía, la voluntad de acero, el esfuerzo, la esencia de lo que han hecho, ahí es donde está la grandeza de ese grupo de atrevidos jóvenes, que mientras otros semejantes de su edad se pierden en los vicios, estos convierten sus resabios y disgustos en magnificas obras de arte para el deleite de todos, inmortalizándose en la historia del cine nacional sin proponérselo.
Lo que han hecho es exorbitante y bueno; es demasiado elevado si lo comparamos con los limitados recursos técnico y ni hablar de lo económico, a mano pela.
Tenemos que enfocarnos en la el arrojo de hacer las cosas sin el mínimo de recurso, que no tenían ni con que darle para el pasaje a los muchachos que venían de otros pueblos, como Barrero, por ejemplo, para asistir puntuales a las tomas y grabaciones, eso es lo encomiable.
!!Es ahí es donde esta la grandeza!! la osadía, la bravura de unos jóvenes de municipio ha atreverse a realizar una película.
Señores eso de por si es lo mas loable, es donde esta el merito; señores hay que darle altísima puntuación a la actuación escénica de jóvenes que inclusive sin ninguna preparación cinematográfica, eso es descomunal, hacer algo a partir de la nada, solo a golpe de voluntad y heroísmo, de cojones.
!!!Por Dios quitémonos el sombrero, hagámosle todas las reverencias a esos muchachos que han tomado el camino de ser grandes, de ser capaces de hacer lo que otros no nos aventuramos por falta de atrevimiento, por cobardes o por mediocres.!!!
!!!Muchachos que los únicos centavitos que obtenían en sus trabajos lo dedicaron a su película, sacrificándose ellos mismos y a su entorno familiar y hasta sus noviecitas, en aras de lograr lo máximo en lo que hacían a mano pela, sin que nadie se dignara en ofertarle una botellita de agua o una batería para la cámara o una toalla para enjuagar su lagrimas y sudores, solo bastó su audacia!!!!
Había que ver como estos muchachos sin mas sustento que su voluntad fraguada en un sueño, una alcanzable quijotada, caminando pa'rriba y pa'bajo con un reguero de camaritas viejas a cuestas para lograr algo tan elevado, tan sublime, que ni siquiera congéneres de ciudades como Santiago se han atrevido a emprender.
!!!Ese es el gran merito de ese grupo de corajudos llamados Rinel Osoria, Eddy Francisco, Henry Rodríguez y otro larguísimo etcétera. Démosle valor al gesto, al atrevimiento, a la valentía, lo demás echémoslo a un lado, por favor!!!!

domingo, 8 de junio de 2008

DIONNY CABRERA PEREZ

Los ''dos pueblos'' inducidos
LOS SOPLOS DE DIOS #13
Dionny Cabrera Pérez


Navarrete, como Paraje de la Sección de Mejía, fue un pueblo establecido a ambos lados de la dirección del camino real cuyas viviendas se fueron colocando en forma longitudinal a la carretera Duarte, en la medida que iba creciendo se fue deslizando sobre antiguos terrenos que fueron sembradíos y conucos de tabaco, hortalizas y otros frutos para ir repoblándolos de nuevas viviendas, instituciones, negocios y caminos que gradualmente fueron engrosando la extensión transversal y perpendicular de la aldea.
En la medida en que Navarrete se fue convirtiendo en el natural punto de convergencia de comunidades ubicadas al Norte o al Sur, de su localización geográfica, fue ampliando el numero de caminos perpendiculares o paralelos al transito real lo que le permitió el inusitado crecimiento que hoy, mas de cinco décadas después, exhibe para su propio orgullo y el de quienes absurdamente se lo imputan como legado.
Cual cordón umbilical, la cañada de El Bolsillo que ha servido de por vida como drenaje natural de las aguas residuales o fluviales de Navarrete que son depositadas en el río Yaque, se instituyó en una suerte de barrera congénita que durante muchos años fue la invisible tea de la discordia para que en Navarrete se estableciera una especie de "dos pueblos" inducidos catequizados (el pueblo arriba y el pueblo abajo). Hecho físico que removió gradualmente esa alucinación fue la prolongación de la calle Daniel Goris, que antiguamente culminaba en la calle Mella.
La subjetiva y torpe percepción sobre la existencia de esos "dos pueblos" contribuyó, en su momento, a impedir la armoniosa unidad de sus juventudes que conmovidos por las insinuantes y erróneas concepciones heredadas que supuestamente adornaban positiva o negativamente a "ambas franjas" del territorio, conforme el color del cristal del que lo mirara, por lo que debieron pasar varias décadas para definitivamente dejar sepultadas esas inadvertidas apreciaciones hijas del atraso y chovinismos sin mas fundamentos que la ignorancia y el oscurantismo político-social que caracteriza a toda época vencida por la certeza de los hechos.
En esa etapa hubo un momento en el cual inclusive los jóvenes del "pueblo arriba" no se podían enamorar de las muchachas del "pueblo abajo", o al revés, porque eso implicaba un pleito seguro, una "juía", o un par de pedradas a la casa de la enamorada. Las diarias e interminables discusiones en la escuela, en las tertulias y en cualquier pasatiempo se basaban en que Navarrete solo llegaba hasta la Calle Mella o el Mercado Publico y que de ahí para allá "eso era el pueblo abajo". Fueron muchos los pleitos al salir de la escuela o del cine Delia de Manolin Aponte, provocados por esas "diferencias"
Recuerdo como este bárbaro concepto narcisista al ser un referente que normaba las acciones de muchos navarretenses de ese periodo histórico patrocinó la duplicidad de instituciones recreativas, deportivas, sociales, etc., que hoy son una especie de ruinas sin dolientes percatados de que su tiempo ya pasó y que son espacios todavía impregnados de esas retentivas que únicamente sirvieron para nido de ególatras a cuyas acciones no le dieron el giro que originaron las circunstancias históricas que se produjeron en su entorno inmediato.
Pero también facilitó el fortalecimiento de puntos de vistas muy atinados, el rechazo de otros desfasados y es incuestionable que fue una contribución inesperada al surgimiento de nuevos liderazgos juveniles que mas tarde sobresalieron o descollaron en las luchas sociales que sin proponérselo se anidaban al interior de las necesidades mas perentorias que todo crecimiento urbano va generando de forma automática e impredecible.
Fue así como muchas de esas porfías, altercados y desacuerdos controversiales sin sentido aparente fueron las parturientas de reclamos sociales de largo aliento que brotaron como insuficiencias sentidas por los pobladores y que esa juventud emergente supo encausar al despuntar del régimen Balaguerista de los 12 años, tales como exigir un camión para la recogida de la basura a la sindicatura de Nene Bisonó (1966); la exigencia a Netico Vargas para que asfaltara las calles y le construyera aceras y contenes (1968); el reclamo a Bolívar Borrelli para que construyera el tanque del acueducto (1970); las marchas por la erradicación de los prostíbulos y casas de cita (1972) las protestas y visitas al propio Palacio Nacional para reclamarle al gobierno de Balaguer la Canalización del Arroyo Guanábana (1974) los reclamos en asambleas y en las calles al gobierno de Balaguer para que construyera los nuevos locales de la Escuela JMI (1973) y el LPME (1975); las ocupaciones de tierras, con vocación agraria, para ser entregadas a agricultores tal como establecía la Ley de Recuperación de Tierras Baldías (1976), etc., etc. Por lo que reitero que muchas de esas porfías, altercados y desacuerdos controversiales sin sentido aparente fueron las parturientas de reclamos sociales de largo aliento que brotaron como insuficiencias sentidas por los pobladores y que esa juventud emergente supo encausar echando a un lado la inculcada concepción de "dos pueblo".
l Esta concepción de la existencia de "dos pueblos" que normó la conducta de varias generaciones de navarretenses, es una reminiscencia del encubierto pasado que nos erizó la piel y nos colmó los ánimos en interminables y desalentadoras discusiones que iniciábamos en el recreo al rededor de las "matas" de limoncillo de la antigua Escuela José María Imbert y que continuaban con otros matices en la cancha municipal, para al amanecer estar de vuelta con el mismo debate en el tronco del mismo arbusto de limoncillo de la escuela, que mas de diez lustros después se perpetúan por encima de las tontas discusiones de escolares persuadidos por erráticas baratijas verbales hijas de adultos ausentes, que suerte al crecimiento espiritual de esas juventudes hoy son una remembranza caída en el eclipsado despiste de la colectividad navarretense.

DIONNY CABRERA PEREZ

Dionny Cabrera Pérez
Los Soplos de Dios #12
EL MOROQUITO: AQUÍ SE OLVIDAN TODAS LAS PENAS

Correo: dionnycabrera@hotmail.com

"Aquí se olvidan todas las penas", una sentencia clara y precisa que no requería ninguna explicación de que usted había llegado al lugar encantado, de entusiasmos, gozos, radiante alegría superficial... donde no existía espacio para coleccionar tristezas ni congojas, fue el lema establecido por su propietario, el señor Cuquito Vargas, al bar que fue toda una tradición en Navarrete, hasta su desaparición junto a la de su dueño en el año 1990.
El Moroquito fue siempre el lugar de encuentro de familias, amigos, enamorados, etc., que se daban cita en su lugar atrayente, acogedor y de sana diversión.
También constituyó, en su época, el lugar de la parada obligada para los viajantes adquirir sus dulces, whiskys y delicatessen.
En El Moroquito, usted encontraba ese curioso y encantador detalle para usted sorprender a su familia, a la esposa, a su enamorada, allí encontraba usted el mas curiosa de las delicias para seducir o sorprender a alguien. Fue un espacio adelantado a su tiempo.
El Moroquito disponía de la mas completa colección musical del momento en su vellonera. Fue el lugar de la época del gran apogeo de la música cubana, los danzones, el son de los compadre y los Matamoros, Sandro, Rafhael de España, Lucho Gatica, Gilberto Monroit, en fin, El Moroquito era el lugar con la discoteca mas moderna del momento, era la vitrina de la época.
Este fue el lugar donde los jóvenes iban a tomarse una fría, al encuentro amoroso, apasionado a escuchar y bailar el románico disco de la ocasión con su amiga, enamorada, publica o escondida, sin salir del mosaico, fue la época del bolero romántico, de la diversión calurosa, donde bailar pegao con la novia o pareja era lo mas normal que podía suceder en un salón, al extremo que, fue la tiempo en que se tocaban séte y, el séte de bolero era de los que llenaba el salón, todas las chichas con sus respectivos galanes bien apretujados en medio de la sala de baile a media luz, con los cuerpos sudorosos y los cachetes al rojo vivo, estremecidos por un suave bolero inolvidable.
Aquí siempre venían Tatico Henríquez, El Ciego de Nagua, que en esa período eran los músico típico de mas popularidad, estos amenizaban fiestas en vivo, desde temprano de la mañana del domingo hasta muy tarde de la noche.
El Moroquito fue el lugar mas apetecible para la celebración de nuestras fiestas patronales, allí se daban cita todos los estratos sociales, desde temprano del día de nuestra patrona hasta el cierre con tremenda fiesta a varias orquestas.
Era difícil asistir al Moroquito un día cualquiera y no encontrarse con el bello espectáculo de dos bailarines del danzón, como lo fueron Pilarín y Chicho, verlos danzar era mas que un contagioso acontecimiento para aplaudir de pie y mas cuando se trataba de su pieza favorita: La Bella cubana.
El Moroquito, una tradición que como singularidad y coherencia de la vida, cual dictadura de la alegría donde se olvidaban todas las penas, murió al desaparecer el "caudillo" que la presidió.

domingo, 25 de mayo de 2008

!!Quirivi déme un guayao!!

Dionny Cabrera Pérez
!!Quirivi, déme un guayao!!
(Soplos de Dios #11)

Correo: dionnycabrera@hotmail.com

A raíz del ascenso al poder del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina al tener éxito la conspiración que éste había desarrollado contra Horacio Vásquez (1930), bajo la asesoría de las tropas interventoras yanquis (1916), se produce la paulatina movilización al exterior (Puerto Rico, EE UU, Venezuela, etc.) de una serie de cabezas de familia y/o familias enteras, que al manejar informaciones importantes referidas a la cuestión socioeconómica y la situación política por la naturaleza antidemocrática del recién instalado régimen, prefirieron irse, ponerle alas a sus vidas y escapar a la humillante y segura muerte en manos de un sistema oprobioso, de serviles, infamantes y rastreros.
De ahí que las familias Cabrera Domínguez, Ligout, Oquet, Espaillat, Coquetee, Mumne, etc., venden, rentan, ceden, traspasan sus negocios, vienes y propiedades al suponer que vivir en una pequeña aldea como Navarrete se les haría difícil resistir al nuevo régimen dictatorial instaurado y que tenia todas las características de un gobierno de oprobios, ya que había sido fruto de la intervención de las tropas Norteamericanas que ya posteriormente sembrarían a Duvalier en Haití, a Trujillo aquí y a Somoza en Nicaragua.
Además, ya Trujillo consideraba la eliminación de la vía férrea, anunciaba la aprobación de la iglesia católica a su régimen, la adquisición de grandes extensiones de tierra, el control absoluto de La Prensa, muchos de los intelectuales golondrinos, borregos y tránsfugas se plegaron a su humillante doctrina, en fin apuntaba a convertir la nación en un país de un solo partido en una su hacienda personal, a los ciudadanos en sus labriegos y reduciendo a la mas absoluta clandestinidad a quienes, cargados de valor y dignidad, se atrevían a enfrentarlo, lo que suponía la conversión de Navarrete, por la ausencia del ferrocarril, en un pueblo fantasma ya que hasta Vuelta Larga, donde estaba La Estación del tren, llegaba toda la mercadería que abastecía a los almacenes mayoristas de aquí los que a su vez distribuían al resto de comunidades y pueblo de la Línea Noroeste, seria cosa del pasado.
Por tanto con el desarme de las vías férreas y su traslado a los centros e ingenios cañeros propiedad del dictador, se irían a la quiebra decenas de almacenes de provisiones, tiendas y bodegas que le daban vida, prosperidad y bienestar a Navarrete y que lo convirtieron en poco tiempo, en el lugar referente para los pueblos de la Línea Noroeste, lo que a su vez y por vía de consecuencias les iría mucho peor.
Es en esas circunstancias, dentro de ese cuadro tétrico de la masacre contra ciudadanos haitianos organizada por Trujillo en 1937, que un adolescente salvado milagrosamente, en el seno de la familia Castro Guzmán (Fife Castro) asume el inventario del negocio de Pisin Cabrera, que estaba situado en la avenida Duarte esquina calle Santa Ana, al lado del puesto policial y al frente de dicho negocio Quirivi tenia un puesto de vender guayao (*), localizado en medio de dos arbustos de saman y como era una persona que había demostrado vocación de trabajo, Pisin Cabrera, al optar por "embarcarse" con todo y familia hacia Estado Unidos le propuso el traspaso del referido negocio a Quirivi.
Así es como se eleva, como perdura la mística creada por un adolescente pionero vendedor de guayao, cuyos padres fueron involuntariamente a hospedarse a las aguas del río Masacre atravesados por las filosas puntas de las bayonetas de la guardia de Trujillo (creada con forma de organización para desempeñar funciones de policía política criminal), por lo que se convierte en un taciturno referente para varias generaciones de navarretenses, figura emblemática, casi enigmática de Quirivi, nombre curioso, hombre de pocas palabras pero muy afable, de lento trajinar, moreno de ojos saltones, de mirada gris, pestañear pasmoso, cuya vida se desplegó entre el diaria madrugar de su casa al trabajo hasta el cierre por esconderse el día que le ordenaba su tranquilo retorno al hogar en donde con la ayuda de su compañera preparaban el menú de los diferentes sabores refrescantes que utilizaría para responder a los distintos paladares de una clientela cautivada que sin fallar concurría cada mañana a saborear , una leche caliente, un morisoñando, una exquisita boruga en granos o un refrescante guayao cuando las temperaturas de nuestro tórrido clima se ponían calurosamente insoportables.
A la fecha Quirivi vive sin haber superado la irreparable perdida de sus progenitores, a los que no les pudo entregar un desendiente, pese a estar casado por mas de las dos tercera parte de su vida, se sustenta de la renta que le genera el alquiler de habitaciones que logro construir en las partes lateral y posterior del patio de su casa, al momento que la familia Cabrera Domínguez decide asumir la venta al mejor postor, de los terrenos y el local, que por mas de cuatro décadas administró Quirivi y que le permitieron ser una figura casi enigmática que logro superar duros obstáculos sociales y económicos sin que la inmensa mayoría de sus parroquianos les importara su nombre de pila, total todos les conocimos por su excepcional apodo: Quirivi, para que hurgar o escarbar mas en un ser social que jamás pudo encontrar calvario y adversidades superiores a las de su insólita y asombrosa supervivencia humana, luego de la horrorosa y repugnante muerte de sus padres.


(*) El guayao se obtiene al pasar un instrumento de hierro con una ranura afilada en la parte inferior llamado cepillo sobre un blocks de hielo al cual se le agrega un sabroso liquido de frambuesa u otro sabor de frutas. Hoy al guayao le llaman "frío frío", otros le llaman "Yun Yun". Pero los navarretenses consumíamos guayao donde Quirivi.